El baúl de los recuerdos de Esguevillas
No hizo falta ejercitar mucho la memoria para que los vecinos de Esguevillas de Esgueva rememoraran esos recuerdos del pasado que quieren que perduren en el tiempo. Historias, la mayoría, que sucedieron hace muchos años y que ya no quedarán en el olvido gracias al director vallisoletano Arturo Dueñas.
El realizador grabó este jueves una serie de entrevistas con una veintena de vecinos de la localidad que querían contar sus recuerdos y anécdotas para guardarlas bajo llave en el Banco de los Recuerdos, una iniciativa liderada por la Fundación Reina Sofía que fue creada para concienciar a la población de la importancia de continuar investigando sobre el Alzheimer.
Antonia Calvo fue la vecina que rompió el hielo. Rápidamente se puso a las órdenes del director vallisoletano, que es también vecino del municipio, y comenzó a hablar de su infancia, de las tardes de domingo que se escapaba para jugar a orillas del río, de pasar de noche corriendo a lado del cementerio porque la daba miedo o de la tradicional merendilla que se celebraba cada 2 de febrero. Una historia, anécdota o recuerdo se sucedía detrás de otro como si de un libro de historias se tratara.
Después llegó el turno de otra mujer, Nieves Fernández, quien abandonó la localidad a los 15 años para emigrar hasta Barcelona. A la pregunta de cuál es su mayor recuerdo en el pueblo, no dudó en contestar que su infancia, y añadió que "el pueblo fue lo mejor de mi vida, teníamos poca cosa, pero éramos felices". Ahora sus añoranzas no se perderán en el tiempo, al igual que las de restos de vecinos que pasaron este jueves por el Centro de Jubilados de San Torcuato.
Con esta iniciativa se pretende, además de conservar los vestigios de la forma de vida rural, "concienciar a la gente del problema del Alzheimer", explicó Dueñas, quien añadió que la idea de participar surgió de los propios vecinos que querían hacer un audiovisual para la semana cultural del municipio. "Yo había oído hablar del Banco de los Recuerdo y unimos las dos ideas en este proyecto", señaló. El proyecto permite, además, guardar a través de la página www.bancoderecuerdos.com todos los recuerdos donados por gente anónima, rostros conocidos y personas en la primera fase de la enfermedad.
Pero las intenciones de este municipio no sólo se quedan en el recuerdo personal. Dueñas aprovechó la filmación para recoger la forma de vida de sus vecinos a través de testimonios, fotografías y vídeos para realizar un documental en el que se cuente cómo era la vida en los pueblos. "Antes los pueblos eran un microcosmos, tenían boticario, maestro, baile, y ahora eso se ha perdido, sólo se conserva en la memoria y la única forma de luchar contra el tiempo es grabar sus recuerdos", sentenció.
El realizador grabó este jueves una serie de entrevistas con una veintena de vecinos de la localidad que querían contar sus recuerdos y anécdotas para guardarlas bajo llave en el Banco de los Recuerdos, una iniciativa liderada por la Fundación Reina Sofía que fue creada para concienciar a la población de la importancia de continuar investigando sobre el Alzheimer.
Antonia Calvo fue la vecina que rompió el hielo. Rápidamente se puso a las órdenes del director vallisoletano, que es también vecino del municipio, y comenzó a hablar de su infancia, de las tardes de domingo que se escapaba para jugar a orillas del río, de pasar de noche corriendo a lado del cementerio porque la daba miedo o de la tradicional merendilla que se celebraba cada 2 de febrero. Una historia, anécdota o recuerdo se sucedía detrás de otro como si de un libro de historias se tratara.
Después llegó el turno de otra mujer, Nieves Fernández, quien abandonó la localidad a los 15 años para emigrar hasta Barcelona. A la pregunta de cuál es su mayor recuerdo en el pueblo, no dudó en contestar que su infancia, y añadió que "el pueblo fue lo mejor de mi vida, teníamos poca cosa, pero éramos felices". Ahora sus añoranzas no se perderán en el tiempo, al igual que las de restos de vecinos que pasaron este jueves por el Centro de Jubilados de San Torcuato.
Con esta iniciativa se pretende, además de conservar los vestigios de la forma de vida rural, "concienciar a la gente del problema del Alzheimer", explicó Dueñas, quien añadió que la idea de participar surgió de los propios vecinos que querían hacer un audiovisual para la semana cultural del municipio. "Yo había oído hablar del Banco de los Recuerdo y unimos las dos ideas en este proyecto", señaló. El proyecto permite, además, guardar a través de la página www.bancoderecuerdos.com todos los recuerdos donados por gente anónima, rostros conocidos y personas en la primera fase de la enfermedad.
Pero las intenciones de este municipio no sólo se quedan en el recuerdo personal. Dueñas aprovechó la filmación para recoger la forma de vida de sus vecinos a través de testimonios, fotografías y vídeos para realizar un documental en el que se cuente cómo era la vida en los pueblos. "Antes los pueblos eran un microcosmos, tenían boticario, maestro, baile, y ahora eso se ha perdido, sólo se conserva en la memoria y la única forma de luchar contra el tiempo es grabar sus recuerdos", sentenció.
Qué buena idea, yo hago lo mismo con mis familiares más mayores. Se les escucha tan poco hoy en día...
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